Encontré tus labios aproximándose a los mios, respondieron al llamado que hacías, y tus brazos, tus cálidos brazos rodeaban mi cuerpo, podía sentir tus manos suavizando mi llanto, tus dedos limpiando mi mejilla.
La piel no entiende el significado de renuncia, no cuando ha encontrado su complemento, ¿como hacerla entender que tu cuerpo no le pertenece?, ¿Donde sumerjo su desesperación?, ¿Habrá alguien esperándola?.
Mentirle no es la mejor respuesta a su incomprensión, arrancarla no es lo mas sano.
¿Y tu olor, a que flor doy?
Encontré al homicida, al culpable de que mi piel no sea tu piel, Amor mátalo o lo asesinamos los dos; sabes no lo provoques nuestra actitud ya lo ha mutilado
¿Y tu piel, a que mujer regalo? ¿Y tus ojos, a que lucero le reclamo?