Ante la insensates de tu mirada
recurren acariciantes las ideas,
sueños extraviados en el horizonte,
el amor se anuda a mi cuerpo
como hiedra en un muro, en una roca;
vuelvo a extraviar la mirada
ante la indiscutible
insolidaridad de la tuya,
incalculable y descubierta
mi mente renueva tus besos
y un suspiro me despierta ante la gente
me miras de nuevo y tu risa
me sacude y me dice que me amas
y luego un silencio
hace menos elocuente a las palabras.