Mírame a los ojos y dime si no es cierto.
Cuando de mis versos salen mil canciones
que suben al cielo y vuelven como estrellas,
dime si no sientes que lo hago por ti.
Cuando la brisa susurra en tu oído un poema nuevo,
dime si no cruzan suaves mariposas las verdes campiñas,
y si no se posan en tus blancas manos
trayendo consigo caricias de lejos.
Y si el galope de mi corazón no golpeó tus puertas,
ahora entreabiertas para que penetren aromas del sur,
mixturas de húmedos campos con trigal maduro
y bosques oscuros con gnomos de azul.
Y si en los juncales que besan el río, el aura no deja
las sonoridades de un día de estío y junto a las alondras
y junto a los jilgueros desflecan rumores de un amor sincero,
de un sueño adulto, tan loco y tan puro. Dime si no es cierto.
Si acaso lo sientes, dejaré en tus ojos una y otra vez
los pétalos tersos de una rosa roja de cultivo agreste,
o mejor de aquellas de un jardín oculto, prolijo y alegre
que reserva flores para una linda risa que diga que sí.
O tal vez las más bellos dichos que halle mi mente,
palabras sin voz, que viajan sedientas buscando un destino...
sólo en la tibieza de tu suave piel caerán rendidas,
aromatizadas de dulces fragancias que emana tu ser.
Y lo que es seguro, varios ramilletes de besos al aire
surcarán celajes, subirán montañas, entrarán en valles,
vadearán los ríos, tomarán por rutas desiertas y atestadas calles,
y al llegar al pórtico de tu morada, dejarán su halo de perfume
nuevo junto a mi delirio y campanas viejas que tañen al viento.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
Ilustración: paisaje de montaña, El Bolsón, Río Negro, Patagonia Argentina.