Como el día cierra su turno con la caida majestuosa del sol
dando paso a la noche y su luna de espléndido fulgor
así termina este ciclo que tanto tiempo duró
y que hoy sus puertas cierra, para dar paso a otro color.
Se termina este convento de letras y vagos números
que alimentaron el futuro que a cada paso construyo
que me hicieron grande y fuerte con cada luna creciente
mientras mis logros crecían con cada tríunfo y alegria.
Se términa el tiempo de ser una empleada
triste es la manera de cerrar esta jornada
se acabó el pequeño imperio para el que trabajara
quebró en esta crísis que a tantos fulminara.
No queda más que seguir el camino
que hace varios meses aquí comenzara
de nuevo me encuentro, bien desempleada
a buscar trabajo, una nueva esperanza.