Hay obsesiones que carcomen el alma
moribundas/incandescentes/frívolas
austeras/confusas...
Hay obsesiones que se pierden en rincones
en multitudes diafanas
que se alimentan de lo desconocido
y se inhiben de libertades...
Hay obsesiones untadas de carne y enojo
que supuran de un ser pabiloso
el perfume de su veleidad.
Hay obsesiones que se disfrazan de paraíso
con los colores del infierno
pero aún asi, siguen siendo paraíso...
Hay obsesiones que permanecen estancadas
en palabras/prisoneras de bocas y suertes
a espera que el lenguaje cambie.
Hay obsesiones que crean duda
que rebosan su felicidad
en simples veleidades
y permanecen en círculos moribundos...
Hay obsesiones lígeras/medianas/eufóricas
inalterables que disfrutan su buceo interior
y la coicidencia de sus avances.
Hay obsesiones que se disfrazan
con lágrimas sobre esteras de lluvia
o de besos sobre pieles humedas
que no paran de llorar...
Hay obsesiones que se hinchan y
socavan la esperanza hundida en
las raíces de tu beldad...
Hay obsesiones que no escapan
de mi mente, y en tu mente se
atreven a usurpar...
Hay obsesiones finitas que
atraviesan el mundo
que corren bajo soles estivales
bajo noches grises y calladas
bajo ocasos llenos de extinción...
Hay obsesiones que se acostumbran a serlo
cantan/ríen/lloran/bailan
y en ocasiones se duermen en su infinita soledad.
Hay obsesiones que no dejan
de ver la intrepida insistencia
en tus sueños esos sueños que
se cobijan bajo tu almohada.
Hay obsesiones que ímitan ser el edén
que caminan sobre sentimientos tapizados
de ilusion y se envuelven en paredes
pintadas de sueños.
Hay obsesiones que atiborran mi pensar
de esas es mi obsesión más grande
tratarte de olvidar...