Caminado por la tarde…
ayer entre los olivares,
recordé tus ojos verdes
y el color azabache de tu pelo.
Los árboles han crecido
y nuestros nombres en ellos,
aquellos que jugando como niños
y sin intención, en el más joven labramos.
Sin embargo, quebrabas mi solaz
avasallando mi paz
con tu mirada en mis ojos
y tu aroma en mis sueños.
Vale decir que soñaba contigo
y aún no dejo de soñar,
que llevo el recuerdo en mis manos
del tiempo fugaz, en que nos amamos.
Delalma
Miércoles, 12 de enero de 2011