Hoy te huelo como al jazmín
en el humo del incienso,
flor única del templo de mis deseos.
Con tus manos de islas
en el hilo de la madeja,
estampas tu tejido florecido como las rosas vivas
Hoy veo el arqueo elástico
de tu boca serpenteante,
tu vientre fecundo tejiendo el velo de la araña blanca
como la red de tu párpado, y
tus pestañas desbocadas, iluminando la tarde.
El ansia inflamada, clavada en mis ojos de vena.
¡ Ah mujer, de adobe y oro reluciente ¡
Ecuación de brisa, hálito y espuma celeste.
Tu alma hambrienta de flor pasionaria
derrite la miel del vello y mi lengua- de paladar exquisito-
se encadena en eslabones a tu selva colosal, y
al rojo del universo concentrado en tus labios.
la soledad nocturna se hará en mi pecho.
Besaré tus manos de seda blanca
resbalando hilos en tu pelo de plata y como si fuese antes,
en la garganta de tu corazón cansino,
mi abrazo de amplia red de pescador
Envolviendo la armonía eterna, con la rosa viva grabada en tu mano
En tu palma el abanico de pasión colmenar de estío.
Mis labios de anales y nevados colmaran tu sed.
Mis manos de hábito de caricias serán tu pócima.
¡ Mi luz tu vuelo, mariposa mia ¡
¡ Tu pelo mi nido ¡
Nido de cría donde reposan mis sueños.
Volveré a habitarte en tu silvestre zona
donde el crepúsculo aun no apagó su llama.
Y el verde del viaje en compañía, volviendo a florecer.