No importa que lagrimee el alba
anunciando un gris amanecer.
En el hueco de mi mano,
y en el cáliz de mi mente
nace el sol de la esperanza
que tu sabes merecer.
Dicen que el Chaco paraguayo
es inmenso y misterioso.
Que lo sea. Eres tú mi flor chaqueña,
la ilusión que me desvela,
mi amiga, mi amor, mi tesoro.
La que arrullo en mis anhelos, mi pequeña.
Que ardan los pebeteros
con su linaje de aromas.
Que me cierren mil caminos.
Que me opriman mil candados.
Pobre, ignorante y maleducado,
para mi honra, a la calle me han tirado.
Sea cual fuere la historia,
otras por mí han llorado.
Impredecibles momentos
amor, dolor, todo rejunto.
Pase lo que pase en el mundo,
Vivita, yo te quiero. Y punto.