Con sus labios rojos muy delgados
cantaba ella una hermosa melodía,
y en su ritmo de bambuco enaltecía
todo el aprecio de los viejos adorados.
Y asociaba su canción estilo sinfonía
con las cosas de los tiempos pasados,
pues su letra escrita con mucha maestría
con ella evocaba los tiempos olvidados.
Luego de sus ojos negros y rasgados
dos lágrimas brotaron de alegría,
al mirar a sus dos séquitos espigados
que unn día la arrullaron con gallardía.
Allí están ellos en el camino rezagados
escuchando tu linda canción, amada mía,
pues las horas tan felices de aquel día
no han muerto y no han sido desechados.
Al fín esa canción me colocó de hinojos
pues nunca encontré lo que yo quería,
cuando vi algo muy triste en sus ojos
de aquella mujer que por su amor moría.
hoy la veo triste reclinada entre los abrojos
rogándole a la vida con mucha algarabía,
porque todo lo ido para ella solo sería
un mundo rodeado de claveles rojos...
rambal.