Sentada a la orilla de ese mar que adora
De ese mar…..… que tiene el color
Que había salido un día de los pinceles de su alma
Y ha sido testigo de sus más bellos sueños
Y del más grande dolor que el destino le impuso,
Puede contemplar cómo se evapora el alba
Quedando solo las heridas abiertas
Y sangrantes por siempre
Por aquel pétalo de amor que nunca llegó
Y que fragmentó el alma,
Trisando los cristales de sueños
Mordiendo con locura el alma
Corroiendo hasta los colores
Que quedaban en los lienzos de los sueños
De quien siempre esperó con las manos extendidas
Y con su corazón rebosante de amor
Y ahora solo queda una vida vacía,
Desnuda y que se escapa
En un lugar que un día fue sagrado
Y ahora ya no queda nada
Solo sombras difusas e imágenes prolongadas
Que borraron todas las huellas de sus más bellos sueños
Y los punteros del reloj absortos
Y paralizados en el letargo del tiempo.
Y su mirada profunda vacía perdida
En el espacio de la nada
Esperando con ansias el anhelado final