En unas lejanas tierras, viven una pareja Ale y Mar, ellos tienen dos pequeñas, hijas, llamadas Lor y Alez. Ellas son unas pequeñas muy obedientes, y no suelen irse de enfrente de su casita.
Ellos viven en una casita de campo, un chalecito como la de los cuentos, con su jardincito con flores que ha platado Mar. Al costado de la casita, un algibe, viejo, antiguo, con un balde atado a una cadena, para bajarlo a buscar del agua cristalina.
Las peques se pusieron a jugar a la orilla del jaguel, cuando la mami se asoma y les ve muy entretenidas hablando, gesticulando, se acerca y les pregunta a que están jugando. Responden a las escondidas, a lo que les dice, que no ve que se escondan, y contestan que se esconden ellos y limón y melón y ellas van a buscar. Quienes son ellos, pregunta la mamá, No les veo, no solo veo una luciernaga, es la que comienza a dar vueltas y no lo entendia que pasaba porque ella se poso sobre la mano de Mar esto produjo un escalofrio, que le dio pánico por lo que llamo enseguida a Ale para que viera lo que ocurria. Lor y Alez le cuentan a sus papas que son unos viejecitos simpaticos, inquietos y buenos que les entan enseñando magia a las niñas, que son graciosos y parecidos a los enenitos del cuento de Blancanieves.
Mamá y Papá, preocupados por lo que pasa no saben que optar si por reprenderlas y que dejen de jugar o que les cuente, que ocurre alli. Fue cuando las luces de la casa, se apagan y luego se encienden dos veces mas, los papis quisieron creerles y fue alli cuando los vieron. Los hicieron pasar por su casa, es para todos, se preparo la comida y vieras como ayudaron a poner la mesa y se quedaron a comer, por lo que ahora también los papis, creen en los duendes .