Las rosas blancas se tiñeron de rojo
Y sobre sus pétalos de seda
Se impregna la pasión
Que de este amor tan solo queda.
Yo entregando la vida
Sin saber que fui parte de un juego.
Hoy, también juego, y escondida
Esta mi alma, que se siente herida.
pero, de tristezas, no se alimenta la vida
De juegos se distrae la existencia.
aquí estoy con mi experiencia,
mostrándole a quien no supo entregarse
mi total irreverencia.
Me rio de lo que no supieron darme
Me inclino ante lo que di, con amor incomparable.
Soy la ceniza de una brasa en la que ardió
Todo el fuego de lo que fue mi alma apasionada.
Si aquí estoy como un cirio a punto de extinguirse,
La cera derretida y el pabilo consumido.
Vivo los últimos estertores de un fracaso.
Y hoy me renuevo por mi misma paso a paso