No te das cuenta
¡que tu presencia me atormenta!
¿recordás los platos rotos que ocultaba?
evitando que mis padres observaran
¡las peleas que con vos luchaba!
Que mentira
“jamás fui tu consentida”
porque cada esquina me advertía
“que a otras pretendías”
El divorcio fue mi cura,
y sostengo que por ti
“tendré de por vida pesadillas”
aunque mis hijos lloren
ni su agonía me ara cambiar
porque ya no quiero estar
con vos comprometida,
porque para mi fuiste una pesadilla.