Ya no te miro con los mismos ojos
ya no presiento la angustia que
reflejaba tu pupila incandescente
y que desvanecía con cada palabra
elocuente a tu nombre.
Ya no suspiro en la vispera a tu encuentro
no habla sospechosa la penumbra
queriendo revestir el dia en que tenga
ya no sussurra mi corazón
por ilusiones por caricias por besos
casi palpable se asegura de tenerte
y se hunde en un tono de sobriedad
incalculable al palpito de tu presencia.
Ya no dedico el camino que trazan
las bandadas ni el canto de los
pinzones plateados y de mis labios
se han borrado tus palabras
como se borran los colores de tu cara
a la espera que del sentimiento evoque
una sonrisa o una voz malhumorada
sin obviar la palabra olvidada.
Ya no te aguardo con la misma quietud
que te anhelaba ya no me acompaña
el tiempo ni siquiera la soledad aguarda
y en tus ojos aun persiste esa mirada
cuando creímos que el amor
perduraría / no preguntamos
si el dolor importaba si la espera
de esperar no se cansaba
o si el silencio alguna vez perturbaba.