En el amanecer te desvaneces.
Solo queda tu sombra entre mis manos,
una presencia de aire, anhelo, sueño y risa
que disipa su incendio consumido.
Con desesperacion busco tu cuerpo,
el fugas testimonio, ese deleite
de toda tu fragancia derramada,
cautiva todavia por mi piel.
Relumbras por mis medulas
como un latido unanime,
como una ciega musica que abitama en mi oido,
con su calor, su vibracion de fondo,
su presencia invisible en el silencio.
Cruzo de la pasion a la demenca
persiquiendo tue spectro, el espejismo
de una imagen que asciende
por la escala nocturna,
llevandote desnuda entre mis brazos.