***Por esos Caprichos del Destino II***
(Torciéndole el Brazo al destino)
…Llegue a casa como pude
luego de un rato me despertó el gato
y me metí a bañar,
no podía olvidar la luz de tu mirada
y mientras me rasuraba vi mi cara
de tonto realizado por haberte hablado.
¡No me lo podía creer!…
Si, solo acercarse
a ti era un imposible,
me pregunto qué ángel
del cielo aposto por mi…
Al día siguiente busque como
un loco aquel papel, revolviendo
el cuarto y dejándolo en caos…
Para luego recordar que se fue
en la ropa que puse a lavar.
Antes de ponerla a secar,
la revise y allí estaba pero casi inelegible,
busque una lupa y la luz del sol
y como que fuera un paleontólogo que
busca en un fósil evidencias del pasado.
Empecé a descifrar número por número,
de aquel papel lavado y restregado,
mas era tarea difícil pues se había dañado.
Anote con paciencia y diligencia los números
que mis ojos creían ver…
Luego haciendo uso del análisis probabilístico,
llame a todas las combinaciones de números
posible, pero no hacerte…
Espere por días en la misma esquina,
esperando verte pasar, pero nunca pasaste,
enojado conmigo mismo, enfadado con el
destino que parecía reírse de mí…
Decidí ir a buscarte pero por más que
hice no logre encontrarte…
Solo aquel papel y mi pierna renqueando,
me quedaba de aquel encuentro fugaz.
Cada noche le rezo al cielo…
Cada noche es de desvelo…
Sintiendo rabia ante la burla
del destino.
¿Me pregunto donde vivirá tu tía?
Preguntó en las tiendas, a los vecinos,
sin saber por quien preguntar…
¡Siento una rabia contra mí mismo!
sintiéndome como un perdido en un abismo,
reprochándome a mí mismo por mi descuido,
por no poderte encontrar…
Es como si trepando al cielo te faltaron
centímetros para tocarlo y sin darte
cuenta caíste de forma estrepitosa.
Ha pasa ya más de una semana
y aun creo que es mejor olvidar,
el corazón no está dispuesto
a renunciar…
Pues preferiría caer mil veces
rompiéndose las rodillas,
si ese es el precio que hay que
pagar por volverte a encontrar.
Ha pasado ya un mes y este mundo
me parece al revés…
Aun que la verdad es que siento
que nada me importa…
El cielo empieza a llorar,
como que también él te extrañara,
llueve a cantaros más eso a unos
niños poco les importa…
Ellos chapotean los charcos de alegría,
haciendo de la vida una celebración,
yo sigo caminando silbando una canción.
Voy acercándome a esa esquina bendita,
veo a algunos cubriéndose con papel
periódico de la lluvia…
Cuando de repente pasa un carro
a toda prisa salpicando,
con agua enlodada a la gente.
Apenas consigo cubrirme
y escucho a la gente maldiciendo…
Sigo mi camino y tropiezo con alguien.
Levantó la mirada y me alumbra el sol,
eres tú y aun no sé qué decir,
esta vez no te dejare ir…
Estas empapada, pero bella,
la lluvia ha dibujado tu silueta
en el vestido…
Surge entre los dos un torbellino,
de preguntas triviales que buscar
encontrar el camino en este laberinto.
Tratas de llamar por el celular a quien
te viene a recoger pero se ha quedado
sin batería…
Me preguntas por el mío, yo te miento
y te digo que no lo tengo conmigo…
Esta vez le retorceré el brazo al destino,
no le permitiré que desvié el camino
que te trajo hasta mí…
Sin otra opción…
abordamos el bus y yo le pido
al cielo que el recorrido tarde
una eternidad…