Cree mi propio paraíso
edén mental,
encerrado en mi mismo.
Les regale mi cuerpo,
ya no lo necesitaba,
con mi mente y mi alma
me alcanzaba.
Pero la roca impenetrable
en que me había convertido
se cayo a pedazos,
se hizo polvo
con solo una mirada tuya,
llena de amor.
La sensibilidad volvió a mi,
me torne vulnerable.
Y cuando una sonrisa
apareció en mi rostro
entonces supe que perdí.