Las cadenas que bajan del cielo
Las que atan a los que siguen su credo
Las que crean en la mente enredo
Las que dicen purificar con fuego
La moral que no es propia
Y que de sus actos se apropia
La fe que ciega sus ojos
Que dice nunca dejarlos solos
El pecado que sin miedo se comete
Pues la confesión limpiarlos promete
El vínculo que la salvación concede
Si en nada más que en ellas se cree
La aceptación por el miedo a lo desconocido
Agachan la cabeza intentando no quedar en el olvido
No se cuestionan para llegar a lo prometido
Salvarse del infierno que se les ha teñido
Un miedo que se cambia por otro miedo
Entre el miedo al infierno y el miedo al cielo
Cada acción que realizan sin conciencia
Todos actúan en perfecta cadencia
Estrangulándolos los toman por el cuello
No los dejan levantarse del suelo
En él hacen que pongan sus manos
Sin que lo noten se han vuelto esclavos
Son las cadenas que bajan del cielo
Las que de la independencia tienen celos
Las que intentan ganarnos con enredos
Las que tapan la verdad con un velo
Encadenados al más cruel destino
No pueden seguir su propio camino
Grilletes que utilizan desde la cuna
Y que los seguirán usando hasta la tumba
Un libro escrito por falsos profetas
Que todos siguen al pie de la letra
Quieren de todas las almas ser dueñas
Esclavizar a todos es su única meta
Algún día de sangre se llenará el cielo
Y las cadenas azotaran el suelo
Entre nubes envueltas en fuego
Ahogaran a todos los que mordieron el anzuelo
La salvación es solo un señuelo
Pues de ella no son más que un remedo
Lo que buscan es obtener poder
Y nosotros se los damos al obedecer
Cada día bajan más cadenas de los cielos
Atando cada vez a más prisioneros
Almas puras a las que se les dicen patrañas
Almas que nunca verán un mejor mañana.
Andrés Ruiz