Nuestras bocas se acercaban,
con lentitud,
a un profundo interrogatorio
de sabor carmín y miel.
Nos fundimos en un todo,
en una guerra de posiciones
por saber quién ama más.
El tiempo se detiene.
¿Dónde estamos?
Ya no interesa saberlo.
Todo se desvanece;
Desapareceremos.
Nuestro alrededor se oculta,
tras una cortina de algodón.
Nuestras lenguas se juntan
y se separan para decir:
por fin solos, tu y yo.