El extraño brebaje
de sangre y miel
hizo que me adueñara de las palabras.
Y encontre,
en la naturaleza misma
las metáforas para describirte.
Se bien que te asusto
toda aquella
pirotecnia de lenguaje
y tuviste miedo
que mi amor fuera cierto
y me dejaste solo
en medio del desierto
con los brazos abiertos
gritandole al viento.