OBSESIÓN
Después de tanto tiempo sigues ahí
Latiendo en mi piel, porque nunca te fuiste
Ni dejaste de oprimir el corazón
Hasta hacerlo sangrar
Obsesión de días opacos y noches atribuladas
De luces que quitan brillo al sol
Y sombras más negras que una noche
De gritos que profanan el silencio
De vida que no encuentra la paz del pájaro en el nido
Ni se alía con la muerte salvadora, piadosa
No soy culpable de sentir este amor desmedido
Y despertar con los ojos enrojecidos por el fuego de las lágrimas
Obsesión que enardecida vences
Que despliegas tu egolatría, fría, indiferente,
Derritiendo las nieves de la razón
Atormentando el alma, llena de amor.
Teresa Ternavasio
14/1/2011