Si se pudiera medir el amor,
cuantificarlo, fraccionarlo,
se podría convertir en algo tangible
y negociarlo, acumularlo,
obtener beneficios y derrocharlo.
Sería el motor del mundo
como nunca nada lo fué.
Si se pudiera medir el amor
diriamos adios a los poetas.
En estos tiempos de amores de mercadillo
¿Porqué no medir el amor?
tendriamos gran variedad,
un amor con todos los adjetivos posibles
y coleccionarlos uno a uno.
¡Que se atreva alguien a medirlo!
pobre infeliz.
Yo que me conformo con encontrarte un día
y saber que existes.
Todo lo demás son tonterias.