Tiempo, distancia, agonía insalvable, silencio ensordecedor, tu voz, ¿Dónde está?
¿Qué es un día? ¿Qué son seis más? El implacable tiempo disminuye su paso en el sol, y la luna lo acorta cada vez más.
Sinfín de ausencia, minutero detenido, mis ojos quieren verte, solo distancia, caminos vacios, no hay más.
Desesperanza en la luz, sin alivio en la obscuridad, mi alegría se ha ido, te acompañó en el viaje, estoy sin ella, sin ti.
Mi tiempo sin el tuyo, esencia de aire, naturaleza de soledad, detona mil tormentas en mi alma, necesito tu paz.
Quiero escuchar la cascada de tu risa, qué cuál lluvia fresca de verano, reconforta, reanima, da nueva vida a mi ser.
Ansío nuevamente ver las olas de tus cabellos descender alegres sobre tu rostro, jugueteando libres mecidas por el viento del atardecer, con sus dorados reflejos, cual sol en la tenue luz del ocaso.
Anhelo que el tiempo acorte mas tu distancia, necesito el calor de tus manos entrelazadas en las mías, sentir el roce de tus labios en un beso fugaz, y beber la tibieza de tu aliento cuándo me dices ¡Te Amo!
La belleza de tu alma, inunda tu mirada, y ahora que no estás, brilla en las estrellas que me gritan tu nombre en estas noches de soledad.