Cuando no sabemos qué se dice,
cuando no sabemos, que hay algo que decir,
todo se hace más fácil,
o cuando podemos escuchar,
escuchar y compartir,
el diálogo abierto del alma, del espíritu,
contigo, con nosotros,
todo se hace más fácil.
¡Oh!, ¡que triste!, palabras, palabras,
para todos, los que no podemos escuchar,
escuchar el disparate, escuchar la locura,
escuchar el dolor de se ha perdido alguien,
escuchar del bien al doblar de la esquina,
escuchar de la sorpresa de cruzar y encontrarte,
Escuchar, escuchar,
No aquello que quieres escuche,
sino aquello que llegó hasta mí,
porque soy libre de escuchar,
¡que suerte!, no escucho,
no quiero escucharte,
para no traicionarme,
para no venerarte.