Cada vez que
escucho al viento
susurrar a mis
oídos tu nombre,
sé que estoy atrapada.
Al verte en
tu andar,se van
creando caminos,
que tarde o
temprano,terminan
en mi destino,pero
es ya eso me
tiene atrapada.
En la noche,
estando profundamente
dormida,con tan
sólo saber que
soñaré con tu
cuerpo apasionado,
tu cara angelical
y con tu voz seductora,
es inevitable no
quedarme atrapada.
Rozando tu
cálida piel
o tocándote
con delicadeza,
es lo mínimo
que mis deseos
osados pretenden
por ahora,no lo
dudo,ya sé que
lo máximo es
estar tan así
de atrapada.
Juro que al
bendito cielo,
a los santos
sagrados y
al todopoderoso,
que sí es un
pecado quedarme
siempre atrapada
en tí,mi corazón,
entonces yo seguiré
pecando hasta el final.