Luisg

Mi Gaviota

Hoy he soñado, gaviota,
que estaba sentado en tu playa
tratando de imaginarte
tal y como te recordaba.
Suspendida en medio del cielo,
hermosa, magnífica y clara.
A lomos de un suave viento.
Reflejado tu vientre en el agua.
He recordado, gaviota,
como estando yo en mi barca,
dibujabas corazones
con  las puntas de tus alas.
Como al recoger mis redes
de entre las nubes bajabas
y cerca de la orilla, paciente,
esperabas mi llegada.
Y tras llegar a tu lado
y dejar mi barquita varada,
me mirabas a los ojos
y yo también te miraba.
Así pasábamos horas,
sin un gesto ni una palabra.
Yo sentadito en la arena.
Tú de pie sobre tu playa.
Sin darnos cuenta llegaba la noche,
muy despacito extendías tus alas
y me dejabas para perderte
entre el horizonte y el agua.
Yo te veía partir y
aunque mi alma lloraba,
mi corazón sonreía pensando,
adiós mi amor, te veré mañana.
Fueron días, meses, años...
amándonos sin decir palabra.
Ni siquiera cuando aquella noche al irte,
te vi compartir con el mar tus lágrimas.
Nunca más apareciste.
Yo no perdí la esperanza.
Y volví un día tras otro
hasta la llegada del alba.
Ha pasado mucho tiempo.
Mi pelo es ya espuma blanca.
Pero aún susurro cada noche,
adiós mi gaviota, hasta mañana.

 

Todos los derechos reservados por su autor: Luis González-Aller