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¡Viva la República!

¡VIVA LA REPÚBLICA!

 

 

Acabo de fundar una República
con sólo un habitante;
no nos será difícil alcanzar
un consenso que a todos nos agrade,
aunque hemos decidido que las normas
no nos importa a nadie:
¡que se queden los reyes con las leyes
y nosotros con nuestras libertades!
Confiamos en nuestra condición:
somos humanos pero somos ángeles
(los ángeles son pájaros eternos
que dibujan sonrisas en el aire
de los sueños más bellos
que por soñarlos ya son realidades);
hablamos con palabras, con silencios
y en un idioma que no entiende nadie
que no llene de amor su corazón;
decidimos llamarle
así: República del Infinito
y asegurarnos que jamás acabe;
si entiendes nuestro idioma, no lo dudes:
en nuestras tierras puedes exiliarte;
aquí las puertas siempre están abiertas,
no hay fronteras ni cárceles,
y no hay nada nocivo a la existencia,
tan sólo la inocencia de los ángeles.
Si te gusta, ve haciendo las maletas,
o te vienes mejor sin equipaje;
no hace falta siquiera que renuncies
a la patria querida de tus padres...
Nuestra República del Infinito
no compite con nada ni con nadie;
aquí hay trabajo (¡y mucho!) para todos,
y aunque no hay ley jamás habrá ilegales,
puesto que es bienvenido hasta el más pobre
y el que nunca viaje...
Si no puedes venir, también estamos
contigo en todos lados, ya lo sabes,
¡que aunque nuestra República es pacífica
con amor esperamos conquistarte!

 

Jesús María Bustelo Acevedo