Un día por la mañana en la Universidad
al comenzar la jornada
llegaste al aula escolar
escoltado por tus amigos
cual si joya custodiaran.
Desde ese momento yo
quedé más que deslumbrada
y no pude apartar mis ojos de tu mirada
Cupido en ese instante
con certera flecha atravesó mi corazón
quedando entonces prendada para siempre de mi amor.
Más de veinte años han pasado
y le amo igual que entonces,
quién podría a mi decirme que la vidá sería tan cruel
¿sería el Destino o Dios?
nadie hubiere aventurado que me dejarías de amar,
hoy te alejas de mi lado
y tus ojos no me mirán,
ya te llevan de la mano por un camino distinto
mientras tanto yo no puedo aún dejarte de amar.