Y sin ser Borges fui Sabines
y sin ser Sabines fui Neruda
y el ruido del dolor fue gracia muda
y entendí que si estoy por eso vine.
Nací para entender la muerte
y a la muerte sonámbulo camino
sin ser ciego veo triste mi destino
aunque mucho me da nada me aliente.
Agradezco al amor que me acompaña
y a la soledad que no se ha ido
porque es ella la que sólo me ha embestido…
Estrellando el espejo o ya lo empaña.
Porque la vida no es más que una treta
un juego de azar ya sin ruleta
que al paso de los años sólo advierte
que se aproxima sigilosa: ya la muerte.