Han movido mis muros más internos,
han tocado mi espacio prohibido;
y por esto prefiero estar al tope
de mi orilla, justo en el punto externo
de mi vista , justo en el filo...
Han doblado mis arcos peligrosos
y removido el suelo de mi alma.
Han herido de muerte mi sentido
vital, mi estado puro, mi equilibrio.
Han logrado azuzar mis apetitos.
Por esto estoy de pie, junto a mi orilla,
palpando el mínimo volumen de sospecha
y el más débil sonido de acechanza,
estoy al tope y al límite de todo
lo que contiene mi íntimo furor,
porque sospecho que hay algo amenazante
y peligroso en cada poro que penetra el aire,
en cada ruido diferente al mío,
en cada sombra que desfila y huye...