Hallaremos el tiempo que nos junte a los dos:
abriremos la senda del perdón y la fe
saciaremos las ansias con el hambre y la sed
y serán nuestros besos otro hola y adiós.
Pero un día lo eterno juntará nuestras almas
y ese día gozoso sonreiré sin parar
y curtidos de viento y de brisas de mar
sellaré nuestro amor en tus cándidas palmas.
Y seremos testigos de la gloria de Dios
cada vez que fundamos nuestros cuerpos querubes
y caricias y abrazos sobre un cielo sin nubes
nos daremos por siempre ya sin hola ni adiós.