Ya no seré hoja al viento,
nadie me arrancara de mi destino,
no volare ya... al antojo de nadie,
para caer caprichosamente al montón
de secas , mustia y olvidadas corolas,
de caprichos pasajeros.
He soportado duros vendavales
en este ramaje de la constante realidad ,
trataré de ser la mas perennes de todas,
y la ultima en caer.
Aguardaré paciente
junto al reseco tronco,
Esperando por la insensible hacha,
del leñador de la muerte.
No caeré...no .aun no caeré.
se que si lo hago,
quedaré en manos
de las inconsecuentes ráfagas,
de los volubles vientos pasionales
de la vida....
¿Qué mi destino?
¿Quién lo sabe?
¿En que montón de hojarasca seré quemado?
Ya no...al menos por hoy, no...
Quiero por última vez, ver el amanecer,
desde aquí, desde lo alto de la fronda,
.a mi manera, como debe ser...
Aunque por lo bajo confiese que...
aun sigo esperando por la suave mano,
que me arranque de este árbol gris,
que se alimenta de las oscuras y profundas aguas,
del manantial de esta sentida y eterna soledad.
L. MONT