Miguel Font

EL LAVARROPAS ENCANTADO(Cuento)

En Montevideo,en el barrio Unión,casi en los límites con Villa Española vivía Manuel con su esposa.
Sus hijos ya casados, habían partido del hogar y formado su propia familia y le habían dado varios nietos.
Mateo y Ezequiel vivían cerca y visitaban a sus abuelos todos los domingos,que siempre los esperaban para almorzar.
En casa de Manuel habia una habitación a la que le llamaban "el lavadero".
En ella había un viejo lavarropas,una secadora,estantes con libros,cañas de pescar y muchas herramientas.
A los niños les encantaba este lugar y pasaban mucho rato alli jugando a las cartas.
Un día Manuel leía el diario y Mateo le decía a Ezequiel que le gustaría tener una mascota.
El abuelo dejó de leer e intervino en la conversación."Yo también tuve una mascota" De veras?,le preguntaron,porqué no nos cuentas?...
y Manuel comenzó su relato.
" Si,yo tuve un gatito,al que quise mucho,era todo negro y peludo,lo llamábamos Lucero por sus dos grandes ojos brillantes.
Nos acompañó durante catorce años y luego de viejito se murió.
Por aquí tengo una fotografía,agregó el abuelo y comenzó a buscarla pero por más que revolvió no la pudo encontrar.
Manuel se entristeció mucho pues era el único recuerdo que le quedaba de su mascota.
Los niños continuaron con sus juegos y Manuel con sus tareas.
De pronto sintió que lo llamaban "abuelo! abuelo !! sus nietos se le acercaron corriendo y agitados.
- "El lavarropas tiene ojos y nos mira",le dijeron asustados,
-"Pero que están diciendo ? Es lo más disparatado que escuché en mi vida,respondió,vengan a abrigarse que ya los vienen a buscar.
Los niños obedecieron,abrazaron a sus abuelos y regresaron a sus casas.
Esa noche Manuel veía el noticiero cuando de pronto se fue la luz.
" Qué fastidio,otra vez la gente de Ute está trabajando en la zona "
 y lentamente para no tropezar se dirigió hacia el "lavadero" en busca de una vela.
En ese instante quedó paralizado,unos ojos grandes y brillantes lo miraban desde el lavarropas.
Manuel no daba crédito a lo que veía,se restregó los ojos y al abrirlos nuevamente vino la luz y todo parecía normal.
Decidido a resolver el misterio se acercó al lavarropas,
lo retiró de la pared y junto a algunas telarañas encontró una cartulina semidoblada y llena de polvo.
La levantó y al darla vuelta descubrió para su sorpresa que era la fotografía de Lucero que tanto había buscado.
La limpió cuidadosamente y con los ojos humedecidos por la emoción ,
agradeció mentalmente a su mascota que desde alguna otra dimensión había querido ayudarle a recuperar la alegría.
A la semana siguiente se la enseñó a sus nietos ,que ya habían olvidado lo ocurrido .