NUESTRO AMOR PARA SIEMPRE
Quisiera ser inmortal,
vivir por ti y para ti;
un sueño fenomenal,
que aquel día prometí.
Como cuento de hadas:
la princesa que salvaré.
Peleando con espadas,
entre tus brazos moriré.
Ahí siempre estabas,
sentada en el estrado;
por mi lado tú andabas,
y mi corazón cegado.
Ahora es tu dulzura,
lo que me vuelve loco;
si con sólo tu ternura,
me doblegas por un poco.
Se acercará el día,
que suene lo sinfónico;
lo que Mozart dirigía,
dejando lo platónico.
De blanco te quiero ver,
ante Dios y su altar;
tu velo al atardecer,
mi corazón va a exaltar.
Fher.
(Todos los derechos reservados por el autor)