POETA DEL ALMA
Escribía versos y con suerte
los vendía durante toda la vida
algunos quedarón sin su salida
hoy conversa
con la guadaña.
Parece que el poeta delira,
tiembla, tiene fríos, sudores,
en silencio escuché rumores,
parece que hablan
de su partida.
Sus cuatro amores el veía
de su labios, escapo la sonrisa
pero le miró la muerte, sin risa
porque lágrimas
de dolor tenía.
Allí en ésa cama perdió la calma
asustado gritó... ¡cielito a mí!
mientras que entregaba su vida
entre las primeras
luces del alba.
Las nubes me taparon la luna,
quedé a oscuras y en silencio,
cuando el sol salga mañana
escribiré una poesía, recordando
cuánto lo quiero,
a éste poeta del alma.