Ana Maria Delgado

EFLUVIOS DE LOS CUERPOS TIBIOS A MITAD DEL INVIERNO

Es un cuerpo místico,

que el viento eleva despacio,

y que obsequia en su paso

una lluvia cálida y suave.

 

Es un cuerpo trémulo

ataviado de blanco,

conjugado artísticamente,

con negros cabellos largos.

 

Es el dulce misterio,

de un rostro con ojos cerrados,

complemento perfecto

de ese hermoso cuerpo blanco,

en el que se refugia el viento

y se extasía enamorado,

para proseguir su marcha totalmente fascinado.

 

Es una boca húmeda matizada de carmín, 

cerrada herméticamente

apresando en la garganta,

miles de gritos que duermen

esperando la madrugada.

 

Es la blancura de un cuerpo,

que se encumbra despacio

hasta tornarse estrella radiante

que alumbra tras los manzanos

a unos amantes furtivos

desesperados por desglosar

caricias y besos,

promesas y sueños rosados.

 

Ese cuerpo es nenúfar, es orquídea, es rosa, es clavel,

es perla, es rubí, es diamante,

es oro, es plata,

es fuego, es lluvia,

es roca, es algodón,

es una luna llena tiritando en el crepúsculo matutino

es mar que se aviva, que convulsiona, que se aquieta.

 

Ese cuerpo es música, es sonido,

es letra, es lenguaje, es palabra,

es historia, es presente, es futuro incierto

es color, es movimiento

es vida y  muerte,

es noche cálida, es aroma de invierno

es poema, es arte, eres tú,

es mi ser reflejado en tus ojos de cielo.  

 

POR: ANA MARIA DELGADO P.