Cuando tu alma risüeña
se derrama por tus venas,
cuando sientes sus nutrientes
despertando lo dormido
y desterrando tus penas.
Cuando al alba tus ensueños
rodean la palabra amor,
y percibiendo su fuerza
la pronuncias con valor.
Cuando escribes la ilusión
en fonemas que resguardan
tu incandescente candor
entre risas que enternecen
las fibras de mi interior.
En esos momentos, tú,
al transcribir emociones,
construyes un pentagrama
al que trasladas las notas
que elevan mis sensaciones.
Sinfonïa que atesoras
en sustancia enamorada,
devolviéndome las horas
de mi esperanza olvidada.