Dormía casi febrilmente queriéndote soñar. Buscándote entre las nube de mi subconsciente, sabiéndote oculto en el interior de mi pasión.
Deseándote, queriendo tejer entre tu cuerpo y mis dedos el lienzo sensual de nuestra unión.
Hambrienta de sensaciones cálidas que solo tu contacto, el recorrido de tu senda voluptuosa puede saciar. Sedienta de tu embriagadora ambrosía.
Queriendo emborracharme con tu esencia vertida en mi copa.
Atraparte entre la telaraña de mis ardientes vehemencias. Conducirte al epicentro de la erupción del volcán de mi cuerpo, que es el tuyo.
Entregarte mi rebelde resistencia, rindiéndome al poder que ejercen en mi tus caricias.
Sueños de noches de claro de luna, siempre fiel compañera en tus ausencias. Roces... si, roces anhelados, revividos en sueños.
Despierto por la agitación que el realismo de los sueños provocan. Te noto junto a mi, tu cuerpo acogiéndome, tus brazos rodeándome.
Siento la vida en el sueño, o sueño la vida?
Acariciándome, desbordando el rió de mi lujuria; incitadora incitada, me devuelves al sueño.
NOA