RICARDO ALVAREZ

CONOZCO TANTO TUS MANOS - de v.p.VERONICA

 

Contemplo tus manos aniñadas y caprichosas,

con movimiento elíptico como acariciando el aire.

Como aspas detenidas, de un molino de viento,

erguido al tanque australiano de agua de manantial continuo

donde tus manos de jabon espuma fino se lustran y

El espejo del agua guarda tu reflejo como archivo.

Me fascina festejar tus dedos de algodón silvestre

cuando cae la tarde besándonos la espalda.

 

Tus manos laboriosas ,

de tiempo y trabajo pleno, ocupadas con mi cara ,

estiradas en el ollar de mi nariz vergonzosa.

Rozándola con tus dedos de crema y las palmas de avena y leche.

Cuento diez racimos sabrosos en mi dieta diaria de deleite.

 

Conozco tantos tus manos que

adivino el cansancio fingido de ola minúscula,

al que sobrevive la caricia del maremoto oceanico.

Cuando rozan son de labio visceral como tu alma, y

cuando caminan mi epidermis, son guante en piel de seda.

 

Son tan calidas tus manos que parecen nacidas en venus

Y al tocar mis labios de carne se transforman en garra felina,

con uñas esculpidas de talco suave y blando.

Mientras el naranja amarillo de la tarde nos

Cobija como en paraguas,

el hábito de enredadera vuelve a tus manos, y

al asomar la noche de la ínfima grieta de luz sobrante,

con tu trato grácil, casi maternal,

la tímida estrella púber destella como el sol

y baja un halo luminoso a los cereales maduros

chocando con tus dedos y

macerando la penumbra con tus labios.

Inmortalizando el retrato artista de Hedos,

donde el ocaso del sol , ignora la existencia del tiempo.