Ya lo sé. Será blanco.
Tendrá bellos encajes.
Se alzará como un pedazo de nube
abriéndose paso en el espacio curioso.
En tu cabellera, finamente modelada,
llevarás prendido un ramito de azahar.
Un escote cuidadoso, mostrará el camino.
Y habrás de cansarte de tan lento andar.
La famosa cola no será tan larga,
pero sí elegante y con randas de tul.
Un grupo de niñas irá esparciendo
pétalos de rosas que tú aplastarás.
Habrá cintas de seda y de ñandutíes.
Y sentirás como un nudo en tu garganta
que el “Ave María” escapar quisiera,
pidiendo socorro, sin saber por qué.
De mi, no te acordarás.
Cuando tú, vestida de novia
jures fidelidad,
yo haré lo mismo.
Juraré amarte
desde mi refugio,
en la eternidad.