(esperar 15 segundos de la música para leer el poema)
Había empezado solo con un hola
cuando tu piel trigueña me saludó;
te sorprendiste por muda perinola
cayendo en esta, la cara que te vió.
Contuve el aire por unos segundos
(que por tu mirada se hicieron años)
y al respirar nuevamente profundo
por parpadearte, olvidé ser extraño.
Tres primaveras con dos veranos
ordenaron el ritmo de mi corazón
mientras cada latido en tus manos
se aclimataba con esperada pasión.
Mezcla de una soñadora de la vida
con pasos de gran mujer visionaria;
eras bebida exótica sin alguna salida
pues por tu gusto sabías millonaria.
Un volcán del ventanal de tus ojos
me incendiaba tu nacionalidad tica;
en suspiros, las palabras por antojo
me hacían suplicar miel de tí, chica.
Recorrimos soñando toda la costa,
fue ver el amor con sus maravillas,
tus curvas no resultaron angostas,
esa costa estaba cada vez más rica.
Había llegado como simple turista
para conocer el país que me cautivó
pero la naturaleza de tu bella vista
me hizo tierra del amor que nació.
Vito Angeli