Hoy volví al pueblo
en donde te conocí,
recorrí las calles...
no eran las mismas, sin ti.
Me invadió una gran nostalgia,
que se adentraba en mi alma,
haciéndome recordar
las cosas de la infancia
y ese amor primero
que conocí en enero,
yo no se a dónde se fue,
las calles están solas sin él.
La araucaria toca el cielo,
mientras yo lloro mi lamento,
los guales, cabezas calvas,
enredan sus graznidos en mi pelo
y con sus largos picos,
retiran de mi faz, las lágrimas.
Los pinos con su fragancia,
despiertan mis sentidos
y vuelvo a recordar,
qué conmigo ya no estás,
¿me habrás dejado en el olvido?
Quedáronse los recuerdos
de los más bellos momentos,
en donde había derroche
de sentimientos...en la noche,
caricias que se llevó la brisa
y besos, que fueron mi tormento.
Tu risa...¡ahhhh tu risa!
ésa se me queda muy adentro,
guardada en el arcón de mi corazón,
cual si fuesen cascabeles de ilusión.
La lluvia cae y moja mi vestimenta,
el corazón palpita y el alma se atormenta,
queriendo desandar el tiempo,
cuando la lluvia mojaba nuestros cuerpos.
Bailábamos sin importar
que nos cayera la tempestad,
unidos por los abrazos,
sintiendo el calor de una hoguera,
que nos calentaba hasta la médula.
¡Qué tiempos aquellos,
cuando me abrigabas en tus brazos!
Abrazándome tan fuerte,
que te tatuabas en mi regazo,
allí te quedaste tatuado
y ando con tu recuerdo, a cada paso.
Hoy volví a mi pueblo...no te ví pasar,
quizá otro día vuelva...sé que me esperarás
y recordaremos juntos
la historia de nuestro amor,
cuando reíamos...cantábamos
y vibrábamos de pasión.
Felina
QUÉ SOLAS SE VEN LAS CALLES SIN TI