Me enamore de una hechicera que me hechizo el corazón que me arrullo con sus besos y me llenaba de amor.
Más, fue tanto aquel hechizo que de amor creí morir, cuando me entrego su cuerpo y me hizo tan feliz.
Cuando acaricie sus pechos y sus pezones mordí, empezó arder mi cuerpo cuando empecé a entrar en ti.
Me así a tus duras nalgas como el niño a su mamita, y galope tu montura como el bandido que escapa cruzando la noche oscura.
Luego cuando te vertías humedeciendo mi miembro re ge tu vientre de flores mientras me seguías diciendo. -Quémame las entrañas con tu miembro que necesito sentirte dentro muy dentro mi amor.
Sentí tus gritos fogosos arañando mis espaldas mientras tu sexo encendido a mi pene se apretaba.
Percibí la miel que emanabas de tu sexo, la que mi lengua endulzo, me que do tan dulce amada, y mi boca la recibió.
Me enamore de una hechicera que bien me enseño el amor con besos de puro fuego su cuerpo a mi me entrego.
Autor Joaquín Méndez. 23/01/ 11. RESERBADOS LOS DERECHOS.