Por ese minuto de felicidad
merecen la pena horas de malos momentos
por ese minuto de falsa realidad
vale la pena toda la angustia, el dolor, el miedo.
Ahora que se que debo marchar
y mi alma se conforma con sonreÍr desde el recuerdo
se que vaya donde vaya siempre llevaré
ese minuto de felicidad clavado en mi pecho
No es tiempo de lamentar, ni de llorar
no es tiempo de dejarse llevar por sentimientos
ahora cuando nada ha dejado el temporal
es hora de sentirse feliz por haber vivido ese momento
aunque sólo un minuto haya sido
suficiente para volar contento
aunque después de ese minuto
vuelva a llover aquí, por dentro.