CIELO Y MONTAÑA
La montaña está enamorada
y eso se ve desde lejos,
la veo tan ilusionada
cada vez que la pretende el cielo.
Viven su amor de altura,
viven su amor diferente,
son sordos al que murmura,
se aman contracorriente.
Para jurar amor imperecedero
usaron de altar un barranco
la tormenta lo vistió a él de negro,
y la nieve, a ella de blanco.
Así andan todavía
viviendo su eterno romance
cada noche, cada día
sin temores ni percances.
La montaña está enamorada
y ha levantado su velo
para darle la primera besada
a su amor…Que es cielo.
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VIDA SOLAR
A lo lejos tímidamente
el sol se asoma en la mañana,
abrazando al día naciente
y su luz tenue nos regala.
Con rayos incandescentes
irradia en el mediodía
y con su fuego candente
nos proyecta su energía.
Luego tibio y cansado
en el horizonte se retira
y luce tan apagado
que ya ni parece pira.
Yo como el sol tuve que nacer
cuando me dieron a luz un día
pero no volveré a resplandecer
cuando se apague.la vida mía.
Pues si ayer brillé muy sonriente
en tiempos de amanecer
no brillaré después del poniente
porque yo no soy como el.
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LLANTO ÁCIDO
La lluvia se desgranaba serenamente
y sus lágrimas golpeaban los cristales
sus palabras tenían un tono hiriente
y entre gota y gota, me contó sus males.
Me habló de atmósferas infernales
y de esas chimeneas asesinas
que han enturbiado su tez cristalina,
acidificando su antiguo dulzor;
y por eso llora con dolor
con lágrimas tristes y genuinas.
La lluvia entre gotas, contó sus quejas
me habló de campos infértiles y marchitos,
de ríos sin cauces, y del delito
que cometen unos y otros festejan;
me dijo que no hay quien la proteja
para volver a ser lo que antes era
porque ha cambiado de tal manera
aquellas sus bellezas invernales
y por eso golpeaba los cristales
abrigando la esperanza de que la oyera.
La lluvia me dijo, lo que hoy converso,
en aquella tarde triste y serena…
ella me inspiró a escribir estos versos
que esa misma tarde en su honor le escribiera.