Hálito de frescura
espira el albor, donde el cielo besa
la marea con ternura,
y ella da a luz al sol,
brote dorado sin par que embelesa.
Excelsas antologías
de obras de arte cielo, tierra, aire y mar,
marcando sus grafías,
en este amanecer,
el naciente sol sin parar de amar.
El Edén descendido
ha abierto sus alas alrededor,
y el espíritu unido
con la iluminación,
y trascendido por el hacedor.
Invoco una oración,
que todo amargor llegue a terminar,
prime la compasión,
y cada amanecer
sea el jardín sacro, ¡El poder de amar!.
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