La penumbra se acerca fría y lentamente a mi vida
y me invade la penuria de no tener una fuente de luz infinita que la aleje de mi.
El desasosiego se apodera de mi pensamiento
y no encuentro más refugio que infinidad de sentimientos y resentimientos
que desgarran mis superficies para salir a flote.
La desesperanza se convierte en el cancer que poco a poco consume mis sentidos e invade mi cuerpo.
Poco a poco todo se viene abajo y mi alma se va destrozando.
¿Dónde estan quienes se decían a mi lado?
Vanamente lucían sus mejores caretas y expresaban sentiemientos de aires...
Han destrozado mi alma, mi espíritu y mi ser
y en mi alma se levanta una trinchera que piadosa alejará viejos espectros.
Ya no habrá rosa que al florecer razgue lentamente la corteza de mi ser,
ni sentimientos tan grande que, al desvanecerse, deje un vacío infinito.