Vicente Martín Martín

Para saber de amor

Para saber de amor

no es necesario

haber sido el galán de cuatrocientas mujeres diferentes

ni haber hecho la guerra en un prostíbulo,

para saber de amor

es suficiente

sentir a los cincuenta la misma turbación que te embriagaba las venas

a los catorce años,

vivir

como viviste

aquel atardecer cerca del río

medio desnudo,

apenas

entreabiertos los ojos, impacientes las manos

y el mundo transformado en una fruta prohibida.

Y sobre todo

para saber de amor hay que dolerse,

ser ola y cormorán,

paisaje y niebla,

vomitarse el aliento,

y si es de noche

dejar que las ciudades se ahoguen nadando en sus bombillas.