Ana Maria Delgado

EL VERTIGO DE LA LOCURA

Estas a mi lado,

en mi antigua vivienda de adobe

con techo de paja,

sollozo en tu regazo,

me tomas,

me vuelvo frágil,

me doblego ante tu dulce mirar sereno,

ante tu olor a cafetal en cosecha,

a molienda,

a jardin florecido. 

 

 

Me abandono a ti,

me extravió en tus agrestes deseos,

dejo que penetres en mi,

que viajes por mi cuerpo,

admito que leas mis silencios,

te llevo por el sendero

de mis sueños e ilusiones,

no temo a morir, estando tu aquí…

de bendiciones te colmo.

 

Mientras me amas,

engendro deseos,

sueños purpuras contigo,

me elevo en un delicado torbellino rosa,

que cobra fuerza

y va cambiando de matices

hasta llegar al áspero negro

en el instante preciso en que te vas,

…y el torbellino oscuro y violento

me aprisiona,

me arroja con fuerza al sin sentido,

a la sin certeza…

mis pies vagan temblorosos,

me alejan de la realidad,

me llevan al averno

y ahí, entre sombras,

pienso en ti,

mora en mi memoria

la marca de tu imagen.

 

En tu larga ausencia,

desnudo mi cuerpo y mi mente,

ráfagas de glacial viento me lastiman,

relámpagos me calcinan.

 

…. De pronto…

todo es calma

retorno a tus brazos,

… no pienso en mi,

me sujeto a ti,

dejo que me inventes ,

que me moldees a tus caprichos,

caigo en el vértigo de tu propia locura.

 

                   POR ANA MARIA DELGADO P.