Estas a mi lado,
en mi antigua vivienda de adobe
con techo de paja,
sollozo en tu regazo,
me tomas,
me vuelvo frágil,
me doblego ante tu dulce mirar sereno,
ante tu olor a cafetal en cosecha,
a molienda,
a jardin florecido.
Me abandono a ti,
me extravió en tus agrestes deseos,
dejo que penetres en mi,
que viajes por mi cuerpo,
admito que leas mis silencios,
te llevo por el sendero
de mis sueños e ilusiones,
no temo a morir, estando tu aquí…
de bendiciones te colmo.
Mientras me amas,
engendro deseos,
sueños purpuras contigo,
me elevo en un delicado torbellino rosa,
que cobra fuerza
y va cambiando de matices
hasta llegar al áspero negro
en el instante preciso en que te vas,
…y el torbellino oscuro y violento
me aprisiona,
me arroja con fuerza al sin sentido,
a la sin certeza…
mis pies vagan temblorosos,
me alejan de la realidad,
me llevan al averno
y ahí, entre sombras,
pienso en ti,
mora en mi memoria
la marca de tu imagen.
En tu larga ausencia,
desnudo mi cuerpo y mi mente,
ráfagas de glacial viento me lastiman,
relámpagos me calcinan.
…. De pronto…
todo es calma
retorno a tus brazos,
… no pienso en mi,
me sujeto a ti,
dejo que me inventes ,
que me moldees a tus caprichos,
caigo en el vértigo de tu propia locura.
POR ANA MARIA DELGADO P.