Quién no ha leído poesía no puede saber de que les hablo, quien lo haya hecho seguramente sabrá que los poetas tienen en cada poema un cheque emitido, del cual endosan sus sentimientos y estados de ánimos, de manera mágica a ese lector ávido de poesía que recurre a él…Para revivir el escrito.
Un sinfín de emociones pasan por nuestras mentes cada vez que leemos algún poema. Su temática nos transporta por diferentes senderos y nos sumerge en la misma emoción del poeta…Sobre este tema tan lleno subjetividad, he accedido a la petición para realizar un poema fusionado con mi amiga del Portal DELICADA ABRIL, en tal sentido hemos mezclado nuestras estrofas sobre la misma temática para darle vida a este breve fusionado que hoy le damos rienda suelta para que salga a galopar los inmensos caminos de este portal. Allí se lo dejamos.
Cuando leo un alegre poema
el alma sin querer se me desgrana,
la tristeza de inmediato se doblega
y reviento en espontáneas carcajadas.
Cuando leo un risueño poema
me lleno de una dulce ensoñación,
mi mirada muestra alegría extrema
colmándome inusitadamente de ilusión.
Cuando leo un poema triste
la congoja viene y me domina,
y aunque el alma se resiste
la tristeza con fuerza me intimida.
Cuando leo un poema triste
inexplicablemente comienzo a llorar,
mi alma es lo más sensible que existe
y mi corazón tiende a exagerar.
Cuando leo un romántico poema
me confundo entre suspiros,
entonces la ternura me lleva
y de inmediato me inspiro.
Cuando leo un poema muy romántico
mi imaginación revolotea dejándose llevar,
A un mundo maravillosamente idílico
donde solo los enamorados saben llegar.
Cuando hay en el verso, erotismo
Con letras que reflejan la pasión,
me siento como a orillas de un abismo
y me provoca lanzarme con furor.
Cuando leo un poema lleno de pasión
que de sus letras fluye la sensualidad,
mi cuerpo se estremece lleno de exaltación
colmado de una inusitada emotividad.
Cuando sencillamente un poema leo
envuelto en la inefable y noble poesía,
con la emoción del verso me recreo
Como el poeta mismo, tal vez lo haría.
Cuando esas letras leo finalmente
la magia queda en mí, dulcemente reflejada
humedeciendo mi cuerpo y mi mente
dejando mi alma de placer anegada.
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